Wittmann, de origen campesino, ingreso muy temprano en las SS primero sirviendo en una autoametralladora y posteriormente en un cañón de asalto con mas o menos éxito en Polonia, Francia y los Balcanes. Sin embargo, alcanzó la fama gracias a los éxitos obtenidos en el Frente del Este a bordo del carro pesado Panzer VI "Tiger IE".
Después de la S.G.M. las Waffen-SS fueron criminalizadas por los Aliados y hoy en dia no es fácil hablar de las SS sin que algún iluminado las relacione con crímenes de guerra. Sin embargo, hay acciones de hombres de las Waffen-SS que demuestran que dieron un trato correcto a sus enemigos, uno de ellos lo protagonizó Witmann, cuando salvó la vida a tres soldados rusos que iban a morir carbonizados, encargándose de que obtuvieran una buena asistencia medica.
Como siempre, los vencedores han enturbiado la imagen de los grandes soldados del bando perdedor, así se dice que algunos juzgan motivados por ciertas pasiones o sentimientos al considerar a Wittmann como el mejor carrista de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de lo impresionante de sus numeros (140 carros enemigos destruidos aproximadamente, a parte de otros tantos cañones antitanque) Wittmann no fue el carrista alemán con más victorias. Ese puesto lo ostenta Kurt Knispel, con aproximadamente 168 victorias. Estos son datos objetivos y como todos sabemos las matemáticas no fallan, pero desde mi punto de vista, Knispel no fue el mejor carrista de la Segunda Guerra Mundial por el simple hecho de que no era el mejor soldado. Un soldado no es simplemente bueno en una faceta, sino en todas. Knispel era buen comandante de carros, pero no era un ejemplo para los demás alemanes, civiles o militares. Wittmann era un héroe nacional, el perfecto soldado que da todo lo que tiene por una causa, incluyendo su propia vida. Llegó incluso a dar una conferencia en una fabrica alemana donde felicito a los obreros por el buen trabajo que hacían con el Tiger. Aparte, habría que añadir que Wittmann cayó en combate unos meses antes que Knispel.
Fue abatido el 8 de agosto de 1944, y como de una presa se tratara, su muerte fue revindicada por diferentes unidades de los Aliados, desde las Fuerzas Aéreas a una división blindada polaca que ni siquiera estaba desplegada en esa zona.
Pero antes de morir, el 13 de Junio de 1944, dejo una muestra de lo que era capaz un soldado de las SS bien equipado y, por encima de todo, motivado. Wittmann divisó una columna de vehículos enemigos que formaban parte de la 7ª División Blindada Británica (Desert Rats), una división veterana de África, que pretendía envolver a la División Panzer Lehr. Al ver la columna enemiga, Bobby Woll, su artillero, dijo “actúan como si ya hubiesen ganado la guerra” a lo que Wittmann responde “les demostraremos que se equivocan”.
Pero antes de morir, el 13 de Junio de 1944, dejo una muestra de lo que era capaz un soldado de las SS bien equipado y, por encima de todo, motivado. Wittmann divisó una columna de vehículos enemigos que formaban parte de la 7ª División Blindada Británica (Desert Rats), una división veterana de África, que pretendía envolver a la División Panzer Lehr. Al ver la columna enemiga, Bobby Woll, su artillero, dijo “actúan como si ya hubiesen ganado la guerra” a lo que Wittmann responde “les demostraremos que se equivocan”.
En 1983 se encontraron sus restos y la de su tripulación, fueron enterrados en el cementerio de Le Cambe en el Norte de Francia, junto con otros miles de soldados alemanes que dieron su vida en la campiña francesa.
Le impusieron las siguientes condecoraciones: Cruz de Hierro de primera y segunda clase, Medalla de Asalto Panzer, Placa de herido y Cruz de Caballero con Hojas de Roble y Espadas.
¡Gloria al gran Wittmann!
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