La acción aquí narrada se desarrollo en el Paso de Klissura, Grecia, y junto con otra serie de victorias en los Balcanes hicieron poseedor de la Cruz de Caballero a “PanzerMeyer”.
Kurt Meyer era hijo de un obrero alemán que murió a causa de las heridas sufridas en la Primera Guerra Mundial. Aunque por deseos de su padre estudió para comerciante, pronto cambió los libros por el servicio en las recién creadas Waffen-SS.
Sirvió en el batallón de reconocimiento de la Leibstandarte hasta 1943, que fue transferido a la 12º SS Panzer-División “Hitlerjugend”.
Fue durante su servicio en la Leibstandarte donde Meyer se ganó su reputación. Se aventuraba detrás de las líneas enemigas donde inflingía fuertes bajas a su enemigo, para volver rápidamente a las líneas propias. A pesar de ser varias veces cercado, siempre salió airoso.
Participó en la recaptura de Kharkov en 1943, y le fueron entregadas las Hojas de Roble para la Cruz de Caballero por esa acción. También participó en la Operación Ciudadela.
En Agosto de 1943 fue ascendido a SS-Standartenfuehrer (Coronel de las SS) y se le dió el mando del 25º Regimiento de Panzergrenadiers, encuadrado dentro de la bisoña 12º SS PanzerDivision. La mayoría de los oficiales de esta unidad procedían del Leibstandarte, como Fritt Witt, Hubert Meyer o Gerd Bremer.
El 16 de Junio de 1944, durante la batalla de Normandía, un bombardeo acaba con la vida de Fritt Witt, el general de la División Hitlerjugend; Meyer es su sucesor, ascendido a Brigadeführer, a los 33 años sería el oficial más joven en comandar una división dentro de la Wehrmacht. Durante la lucha en la zona de Caen, la División Hitlerjugend, subestimada por los aliados, que la denominaban “Baby División” o “División del Biberón” ya que la edad media de sus integrantes era de 18 años; hace que los Aliados tarden un mes en capturar el objetivo que tenían asignado para el mismo Día D, la toma de Caen.
La División Hitlerjugend, que antes de la invasión de Francia tenía 17.000 hombres, fue reducida a 800 en Agosto después de los duros combates en Normandía, los jóvenes Hitlerjugend fueron los encargados de mantener abierto el paso por donde las unidades que habían sido cercadas en la Bolsa de Falaise debían salir.
Después de esta acción, los alemanes se retiran desordenadamente hacia el interior de Alemania. En Bélgica, bandas de partisanos acechan a los soldados alemanes, asesinando a muchos de ellos y mutilando sus cadáveres, como al SS-Sturmbannführer Hans Waldmüller. Meyer, herido, es apresado por los partisanos belgas que quieren ejecutarlo, pero los americanos se lo impiden y lo entregan a los ingleses para que sea juzgado por los crímenes de guerra que al parecer se cometieron durante la batalla de Normandía.
Meyer primero es condenado a muerte, luego se le conmuta la pena a cadena perpetua pero finalmente es liberado 10 años después, en 1954.
Después de su liberación, es el portadoz de la HIAG (Hilfsgemeinschaft auf Gegenseitigkeit der Angehöngen der ehemaligen Waffen-SS, Sociedad de Ayuda Mútua de la Waffen-SS) que era una asociación que quería defender los derechos de los veteranos de las Waffen-SS, de los camarada caídos, sus viudas e hijos, que no gozaban de los mismos derechos que los integrantes del resto del Ejército Alemán debido a la criminalización que habían sufrido por parte de los Aliados en Nuremberg.
Escribió un libro autobiográfico “Grenadiers” donde cuenta su experiencia en la guerra, aprovechando para hacer un homenaje a los soldados que lucharon con él.
Finalmente, muere de un ataque al corazón el día de su cumpleaños, el 23 de Diciembre de 1961.
Meyer es uno de los muchos ejemplos de lo que era un oficial de las Waffen-SS. Un oficial carismático, valiente y decidido. Dispuesto a luchar hasta el final por su causa.
De su libro, me gustaría destacar esta reflexión, que de la misma forma se puede encontrar en libros escritos por otros oficiales de las Waffen-SS:
“Aquellos jóvenes (los soldados de las Waffen-SS) pertenecían a la élite de la nación. Habían sido seleccionados entre miles de voluntarios y habían sido intensamente instruidos durante cuatro años. La Leibstandarte SS “Adolf Hitler” se componía de hombres que acababan de cumplir diecinueve años al estallar la guerra; los N.C.O. (suboficiales) tenían en torno a veinticinco años. Obviamente aquellos jóvenes no habían tenido la influencia de los acontecimientos políticos de 1933. En 1933 eran simplemente niños de colegio en busca de ideales y deseaban servir a estos ideales con devoción. ¿Cómo se les había agradecido, con qué infamia han sido torturados y cómo se les trata incluso ahora? Pero el 1 de Septiembre de 1939 los Panzergrenadiers no podían saber que se convertirían en cabezas de turco para políticos rencorosos. Eran soldados, cumpliendo con su deber de acuerdo con la tradición del soldado prusiano.”
Finalmente, muere de un ataque al corazón el día de su cumpleaños, el 23 de Diciembre de 1961.
Meyer es uno de los muchos ejemplos de lo que era un oficial de las Waffen-SS. Un oficial carismático, valiente y decidido. Dispuesto a luchar hasta el final por su causa.
De su libro, me gustaría destacar esta reflexión, que de la misma forma se puede encontrar en libros escritos por otros oficiales de las Waffen-SS:
“Aquellos jóvenes (los soldados de las Waffen-SS) pertenecían a la élite de la nación. Habían sido seleccionados entre miles de voluntarios y habían sido intensamente instruidos durante cuatro años. La Leibstandarte SS “Adolf Hitler” se componía de hombres que acababan de cumplir diecinueve años al estallar la guerra; los N.C.O. (suboficiales) tenían en torno a veinticinco años. Obviamente aquellos jóvenes no habían tenido la influencia de los acontecimientos políticos de 1933. En 1933 eran simplemente niños de colegio en busca de ideales y deseaban servir a estos ideales con devoción. ¿Cómo se les había agradecido, con qué infamia han sido torturados y cómo se les trata incluso ahora? Pero el 1 de Septiembre de 1939 los Panzergrenadiers no podían saber que se convertirían en cabezas de turco para políticos rencorosos. Eran soldados, cumpliendo con su deber de acuerdo con la tradición del soldado prusiano.”
Viva la Waffen S.S. solo los que combatieron en los campo de batalla, de toda europa cambatiendo al comunismo y el capitalismo, paralos S.S. de campo de concentracion un repudio por las cosa mala que pasaron los civiles.
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