"... las dificultades no se dan para capitular ante ellas, sino para ser vencidas."

sábado, 27 de febrero de 2010

Kurt "PanzerMeyer"

La ametralladora griega dirigía sus ráfagas hacia los hombres de la Leibstandarte. No habían contado con el apoyo de la artillería, y los griegos, fuertemente atrincherados, estaban rechazando a los asaltantes alemanes, que estaban petrificados ante la ferocidad de las armas enemigas. Kurt Meyer, también conocido como “PanzerMeyer” (“Meyer el Blindado”) dirigía el ataque alemán. Sabía que era una imprudencia atacar una posición de esas características en campo abierto, pero Meyer era uno de esos oficiales que tenían una fe inquebrantable en su causa y en sus posibilidades. Sus hombres estaban aturdidos por el fuego enemigo y corrían el riesgo de fracasar en su empresa. La voz de ¡Vörwarts! con la que los oficiales alemanes ordenaban el asalto no surtía efecto, y Meyer tuvo que recurrir a medios más drásticos. Sacó una granada de mano de su ceñidor, la cargó y la lanzó a los pies de sus hombres. Estos no tuvieron más remedio que saltar de sus posiciones y continuar el asalto, que fue finalmente un éxito, tomando el objetivo y unos mil setecientos prisioneros, a cambio de unas bajas propias de 26.
La acción aquí narrada se desarrollo en el Paso de Klissura, Grecia, y junto con otra serie de victorias en los Balcanes hicieron poseedor de la Cruz de Caballero a “PanzerMeyer”.

Kurt Meyer era hijo de un obrero alemán que murió a causa de las heridas sufridas en la Primera Guerra Mundial. Aunque por deseos de su padre estudió para comerciante, pronto cambió los libros por el servicio en las recién creadas Waffen-SS.
Sirvió en el batallón de reconocimiento de la Leibstandarte hasta 1943, que fue transferido a la 12º SS Panzer-División “Hitlerjugend”.
Fue durante su servicio en la Leibstandarte donde Meyer se ganó su reputación. Se aventuraba detrás de las líneas enemigas donde inflingía fuertes bajas a su enemigo, para volver rápidamente a las líneas propias. A pesar de ser varias veces cercado, siempre salió airoso.
Participó en la recaptura de Kharkov en 1943, y le fueron entregadas las Hojas de Roble para la Cruz de Caballero por esa acción. También participó en la Operación Ciudadela.
En Agosto de 1943 fue ascendido a SS-Standartenfuehrer (Coronel de las SS) y se le dió el mando del 25º Regimiento de Panzergrenadiers, encuadrado dentro de la bisoña 12º SS PanzerDivision. La mayoría de los oficiales de esta unidad procedían del Leibstandarte, como Fritt Witt, Hubert Meyer o Gerd Bremer.


El 16 de Junio de 1944, durante la batalla de Normandía, un bombardeo acaba con la vida de Fritt Witt, el general de la División Hitlerjugend; Meyer es su sucesor, ascendido a Brigadeführer, a los 33 años sería el oficial más joven en comandar una división dentro de la Wehrmacht. Durante la lucha en la zona de Caen, la División Hitlerjugend, subestimada por los aliados, que la denominaban “Baby División” o “División del Biberón” ya que la edad media de sus integrantes era de 18 años; hace que los Aliados tarden un mes en capturar el objetivo que tenían asignado para el mismo Día D, la toma de Caen.
La División Hitlerjugend, que antes de la invasión de Francia tenía 17.000 hombres, fue reducida a 800 en Agosto después de los duros combates en Normandía, los jóvenes Hitlerjugend fueron los encargados de mantener abierto el paso por donde las unidades que habían sido cercadas en la Bolsa de Falaise debían salir.
Después de esta acción, los alemanes se retiran desordenadamente hacia el interior de Alemania. En Bélgica, bandas de partisanos acechan a los soldados alemanes, asesinando a muchos de ellos y mutilando sus cadáveres, como al SS-Sturmbannführer Hans Waldmüller. Meyer, herido, es apresado por los partisanos belgas que quieren ejecutarlo, pero los americanos se lo impiden y lo entregan a los ingleses para que sea juzgado por los crímenes de guerra que al parecer se cometieron durante la batalla de Normandía.
Meyer primero es condenado a muerte, luego se le conmuta la pena a cadena perpetua pero finalmente es liberado 10 años después, en 1954.

Después de su liberación, es el portadoz de la HIAG (Hilfsgemeinschaft auf Gegenseitigkeit der Angehöngen der ehemaligen Waffen-SS, Sociedad de Ayuda Mútua de la Waffen-SS) que era una asociación que quería defender los derechos de los veteranos de las Waffen-SS, de los camarada caídos, sus viudas e hijos, que no gozaban de los mismos derechos que los integrantes del resto del Ejército Alemán debido a la criminalización que habían sufrido por parte de los Aliados en Nuremberg.

Escribió un libro autobiográfico “Grenadiers” donde cuenta su experiencia en la guerra, aprovechando para hacer un homenaje a los soldados que lucharon con él.
Finalmente, muere de un ataque al corazón el día de su cumpleaños, el 23 de Diciembre de 1961.
Meyer es uno de los muchos ejemplos de lo que era un oficial de las Waffen-SS. Un oficial carismático, valiente y decidido. Dispuesto a luchar hasta el final por su causa.
De su libro, me gustaría destacar esta reflexión, que de la misma forma se puede encontrar en libros escritos por otros oficiales de las Waffen-SS:
“Aquellos jóvenes (los soldados de las Waffen-SS) pertenecían a la élite de la nación. Habían sido seleccionados entre miles de voluntarios y habían sido intensamente instruidos durante cuatro años. La Leibstandarte SS “Adolf Hitler” se componía de hombres que acababan de cumplir diecinueve años al estallar la guerra; los N.C.O. (suboficiales) tenían en torno a veinticinco años. Obviamente aquellos jóvenes no habían tenido la influencia de los acontecimientos políticos de 1933. En 1933 eran simplemente niños de colegio en busca de ideales y deseaban servir a estos ideales con devoción. ¿Cómo se les había agradecido, con qué infamia han sido torturados y cómo se les trata incluso ahora? Pero el 1 de Septiembre de 1939 los Panzergrenadiers no podían saber que se convertirían en cabezas de turco para políticos rencorosos. Eran soldados, cumpliendo con su deber de acuerdo con la tradición del soldado prusiano.”

miércoles, 24 de febrero de 2010

Michael Wittmann

Mucho se ha escrito ya sobre Michael Wittmann, y por desgracia no voy a ser yo quien aporte datos nuevos sobre él, solo pretendo hacer un pequeño homenaje a uno de los mejores soldados de la Segunda Guerra Mundial.

Wittmann, de origen campesino, ingreso muy temprano en las SS primero sirviendo en una autoametralladora y posteriormente en un cañón de asalto con mas o menos éxito en Polonia, Francia y los Balcanes. Sin embargo, alcanzó la fama gracias a los éxitos obtenidos en el Frente del Este a bordo del carro pesado Panzer VI "Tiger IE".

Después de la S.G.M. las Waffen-SS fueron criminalizadas por los Aliados y hoy en dia no es fácil hablar de las SS sin que algún iluminado las relacione con crímenes de guerra. Sin embargo, hay acciones de hombres de las Waffen-SS que demuestran que dieron un trato correcto a sus enemigos, uno de ellos lo protagonizó Witmann, cuando salvó la vida a tres soldados rusos que iban a morir carbonizados, encargándose de que obtuvieran una buena asistencia medica.

Como siempre, los vencedores han enturbiado la imagen de los grandes soldados del bando perdedor, así se dice que algunos juzgan motivados por ciertas pasiones o sentimientos al considerar a Wittmann como el mejor carrista de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de lo impresionante de sus numeros (140 carros enemigos destruidos aproximadamente, a parte de otros tantos cañones antitanque) Wittmann no fue el carrista alemán con más victorias. Ese puesto lo ostenta Kurt Knispel, con aproximadamente 168 victorias. Estos son datos objetivos y como todos sabemos las matemáticas no fallan, pero desde mi punto de vista, Knispel no fue el mejor carrista de la Segunda Guerra Mundial por el simple hecho de que no era el mejor soldado. Un soldado no es simplemente bueno en una faceta, sino en todas. Knispel era buen comandante de carros, pero no era un ejemplo para los demás alemanes, civiles o militares. Wittmann era un héroe nacional, el perfecto soldado que da todo lo que tiene por una causa, incluyendo su propia vida. Llegó incluso a dar una conferencia en una fabrica alemana donde felicito a los obreros por el buen trabajo que hacían con el Tiger. Aparte, habría que añadir que Wittmann cayó en combate unos meses antes que Knispel.

Fue abatido el 8 de agosto de 1944, y como de una presa se tratara, su muerte fue revindicada por diferentes unidades de los Aliados, desde las Fuerzas Aéreas a una división blindada polaca que ni siquiera estaba desplegada en esa zona.
Pero antes de morir, el 13 de Junio de 1944, dejo una muestra de lo que era capaz un soldado de las SS bien equipado y, por encima de todo, motivado. Wittmann divisó una columna de vehículos enemigos que formaban parte de la 7ª División Blindada Británica (Desert Rats), una división veterana de África, que pretendía envolver a la División Panzer Lehr. Al ver la columna enemiga, Bobby Woll, su artillero, dijo “actúan como si ya hubiesen ganado la guerra” a lo que Wittmann responde “les demostraremos que se equivocan”.

A bordo del temible Tiger se precipitó sobre la columna británica provocando un caos absoluto, con su mortífero cañón de 88mm destruía uno a uno blindados, camiones y semiorugas. Finalmente, un impacto inmovilizo las orugas de su Tiger, lo que obligó a Wittmann y su tripulación a abandonarlo y retirarse a las líneas alemanas. El balance aproximado de bajas que el ataque de Wittmann provocó en Villers-Bocage son 20 Cromwells, 4 Fireflys, 3 Stuarts y 30 semiorugas, si bien hay que indicar que la acción de Villers-Bocage se desarrolló dentro de otra serie de escaramuzas donde intervieron más carros alemanes.

En 1983 se encontraron sus restos y la de su tripulación, fueron enterrados en el cementerio de Le Cambe en el Norte de Francia, junto con otros miles de soldados alemanes que dieron su vida en la campiña francesa.
Le impusieron las siguientes condecoraciones: Cruz de Hierro de primera y segunda clase, Medalla de Asalto Panzer, Placa de herido y Cruz de Caballero con Hojas de Roble y Espadas.

martes, 23 de febrero de 2010

El hundimiento del Wilhelm Gustloff

Hay una frase popular que dice que “la Historia la cuentan los vencedores”. Aunque actualmente en España no podemos decir lo mismo con nuestra Guerra Civil, los vencedores de la Segunda Guerra Mundial parecen ser mejores propagandistas que los españoles.

En 1912, un desastre marítimo conmocionó al mundo, se trataba del Titanic, un trasatlántico con equipo de última generación que paradójicamente fue hundido por un iceberg. La Naturaleza a veces es caprichosa, y nos demuestra que esta por encima de nosotros, pues ni toda la tecnología de la época pudo evitar el desastre, provocado por algo tan aparentemente inofensivo como un trozo de hielo como quien dice.

Pues bien, el 31 de enero de 1945, el buque alemán Wilhelm Gustloff fue atacado y hundido. Las victimas del ataque fueron aproximadamente 9.000 personas, una cifra seis veces mayor que la del Titanic, sin embargo, esta tragedia se ocultó y no ha sido sacada a la luz hasta hace poco.

El constante avance de las hordas soviéticas llega a las puertas de Alemania Oriental. Los alemanes y sobre todo las alemanas, pudieron comprobar lo que caer bajo el dominio soviético les traía. Matanzas indiscriminadas, saqueos y violaciónes, ya fueran niñas o ancianas. Esta es la triste realidad con la que se encontraron las fuerzas alemanas cada vez que recapturaban un pueblo o ciudad a los soviéticos. Goebbels se encargó de que estas atrocidades fueran hechas públicas a la sociedad alemana.

Debido a una ofensiva soviética, la zona de Prusia quedó aislada del resto de Alemania. Los civiles alemanes, temerosos del destino que padecerían si caían en manos soviéticas intentaron huir al Oeste, ya fuera por tierra o mar.
El Ejercito Alemán dispuso todo tipo de barcos para socorrer a la población civil y al propio Ejercito que estaba cercado. El Wilhelm Gustloffera uno de ellos, un buque que durante los años treinta habia servido para que los trabajadores alemanes disfrutaran de un crucero a cargo del Estado, y durante la guerra se reconvirtió a buque-hospital.

El 31 de enero, cuando el buque transportaba a aproximadamente un millar de soldados, entre ellos numerosos heridos, y 8.000 civiles fue atacado por un submarino soviético que le acertó con dos torpedos. El barco finalmente se hundía una hora después.
Los alemanes lograron rescatar a 1.252 supervivientes, aunque muchos de ellos morirían de frío poco después. Debido al caos de la guerra y que el barco estaba sobrecargado es difícil estimar cuantas personas murieron en ese ataque, pero la cifra ronda las 9.000 personas.
Este hecho, por desgracia, no es sino la punta del iceberg de las atrocidades cometidas por los soldados del Ejercito Rojo, consentidas y alentadas por sus líderes tanto políticos como militares y ocultadas al resto del mundo conscientemente durante décadas.

lunes, 22 de febrero de 2010

El enigma Werther

“Los padecimientos del joven Werther” es el título de uno de los libros del escritor alemán Johann von Goethe. Pero no vamos a hablar del libro aquí, vamos a hablar de uno de los espías más importantes que hubo durante la Segunda Guerra Mundial, si es que verdaderamente existió, ya que su acción cambió el rumbo de la Historia.

El Servicio Secreto Alemán o Abhwer no fue un organismo de confianza para el Fürher, de hecho, su jefe, el Almirante Canaris, estuvo implicado en el complot contra Hitler del 20 de Julio.

Los Aliados, por el contrario, llevaban la delantera en el espionaje. Desde la descodificiación de la máquina Enigma, hasta las redes de espías diseminados desde París al corazón de Ucrania, los aliados contaban con valiosa información sobre el enemigo. Movimientos de tropas, operaciones militares, nuevas armas y tecnologías, el estado de la reserva y capacidad de movilización del Ejercito Alemán era conocido por ellos.

Hubo espías muy famosos, incluyendo algún agente doble español. Pero sin lugar a dudas una de las redes de espías más importantes fue la formada por “Dora”, “Sissie”, “Lucie”, “Pakbo” y “Jim”, los pilares de la “Capilla Roja” en Suiza. “Director”, era el enlace final en Moscú.
A lo largo del tiempo, se han ido descubriendo los entresijos de este grupo de espías. Se sabe por ejemplo que “Lucie” era Rudolf Rössler, un director de una editorial alemana que emigró a Suiza en 1934. Él, era el enlace entre “Director” y “Werther”.
Pero ¿quién era “Werther”? hace más de 70 años que acabó la Segunda Guerra Mundial y los historiadores no se ponen de acuerdo sobre este asunto. ¿Era un agente que trabajaba en el Cuartel General del Fürher o por el contrario un grupo de generales y oficiales descontentos? De estas incógnitas no se tiene respuesta, y parece que los historiadores actuales prefieren echar el candado y tirar la llave.
A pesar de ello se tiene constancia de mensajes entre “Director” y sus colaboradores de Suiza donde se piden ciertas informaciones directamente a “Werther”, incluyendo, por ejemplo, datos técnicos del Panther antes de la Batalla de Kursk. De haber recibido esta información los generales soviéticos, podemos afirmar que el soldado ruso sabía más de este carro de combate que su homónimo alemán. El soldado ruso sabía cómo enfrentarse a él, mientras que el alemán desconocía prácticamente su existencia.

Pero el conocimiento del Panther se queda en simple anécdota al lado de los informes que sobre la Operación Ciudadela estaban filtrando. Se supone que debido a la situación geográfica y estratégica del saliente de Kursk, los oficiales soviéticos pudieron predecir la zona por donde los alemanes iniciarían su ofensiva. Sin embargo, gracias a Werther, conocieron con todo detalle el plan alemán. Numero de divisiones, efectivos de las mismas, dirección de ataque y objetivos eran datos que manejaba el mando soviético, de ahí, por ejemplo, que Oboian y Maloarjangelsk estuviesen tan fuertemente defendidos.
Este juego de espías pudo tener un papel muy importante en el resultado en la segunda Gran Guerra. Si con el desastre de Stalingrado los alemanes sufrieron un duro revés, la contraofensiva que siguió a la penetración rusa y la captura de Kharkov reestablecieron el frente. Sin embargo, después del fracaso de Ciudadela, los alemanes perdieron toda capacidad ofensiva en el frente del Este, que unido a la apertura del frente italiano supuso el principio del fin del Tercer Reich.

Tanto suponiendo que detrás del nombre de Werther se escondieran uno o varios espías, ¿podemos decir que su traición afectó en gran medida al resultado de la Segunda Guerra Mundial? con esto, y los sucesivos atentados que los generales perpetraron contra el Fürher, ¿tenía razones o no para desconfiar de su Estado Mayor?


Fuente: "Tierra calcinada" Paul Carell Ed.books4pocket

domingo, 21 de febrero de 2010

Condecoración de Cruces de Caballero a las Divisiones de las Waffen-SS




2ª división SS panzer Das Reich.................................................................69
1ª división SS panzer Leibstandarte.........................................................58
5ª división SS panzer Wiking..................................................................55
3ª división SS panzer Totenkopf..............................................................47
4ª división SS panzergrenadier SS-Polizei....................................................................25
11ª división SS Freiwilligen-panzergrenadier Norland................................................................25
8ª división SS Kavallerie Florian Geyer.......................................................................22
23ª división SS Freiwilligen-panzergrenadier Nederland......................................................19
12ª división SS panzer Hitlerjugend................................................................14
10ª división SS panzer Frundsberg.................................................................13
9ª división SS panzer Hohenstaufen...............................................................12
19ª división Waffen-grenadier der SS.......................................................................12
7ª división SS Freiwilligen-Gebirgs Prinz Eugen.........................................................................6
22ª división SS Freiwilligen-Kavallerie Maria Theresia......................................................................6
20ª división Waffen-grenadier der SS......................................................................5
6ª división SS Gebirgs Nord........................................................................4
13ª división Waffen-Gebirgs der SS Handschar...............................................................4
17ª división panzergrenadier Götz von Berlichingen.............................................................4
15ª división Waffen-grenadier der SS..........................................................................3
28ª división Freiwilligen-panzergrenadier Wallonien...............................................................3
34ª división Waffen-grenadier der SS Landstorm Nederland............................................................3
18ª división SS Freiwilligen-panzergrenadier Horst Wessel...............................................................2
33ª división Waffen-grenadier der SS Charlemagne...............................................................2
14ª división Waffen-grenadier der SS............................................................................1
16ª división SS panzergrenadier Reichsfürher-SS..................................................................1
27ª división Freiwilligen-panzergrenadier Langemarck............................................................1
36ª división SS Waffen-grenadier der SS Dirlewanger...............................................................1

sábado, 20 de febrero de 2010

Marcha de las Waffen-SS


SS Marschiest in Feindesland (Las SS marchan en territorio enemigo)
Esta es una de las marchas de las Waffen-SS que mas me gusta, por suerte el vídeo está traducido al castellano.



Letra:

"SS Marschiest in Feindesland" (Las SS marchan en territorio enemigo)

Las SS marchan en territorio enemigo
Y entonan una canción del Diablo
Un tirador se encuentra en el Volga
Y en silencio tararea…

Silbamos bajo y silbamos alto
Y el mundo entero nos puede maldecir o alabar
Según sea su gusto por los Grados

Donde sea que vamos siempre avanzamos
Y el diablo se ríe solo…
Ha ha ha ha ha
Luchamos por Alemania
Luchamos por Hitler
Los rojos nunca tendrán tranquilidad

Donde sea que vamos siempre avanzamos
Y el diablo se ríe solo…
Ha ha ha ha ha
Luchamos por Alemania
Luchamos por Hitler
Los rojos nunca tendrán tranquilidad

Hemos luchado en más de una batalla
En el Norte, en el Sur, en el Este y el Oeste
Y ahora estamos listos para el combate
Contra la peste roja

Las SS no descansaremos en aniquilar
Hasta que nadie mas perturbe la felicidad de Alemania
Y aunque las filas se iluminen
Para nosotros no habrá vuelta atrás

Donde sea que vamos siempre avanzamos
Y el diablo se ríe solo…
Ha ha ha ha ha
Luchamos por Alemania
Luchamos por Hitler
Los rojos nunca tendrán tranquilidad

Donde sea que vamos siempre avanzamos
Y el diablo se ríe solo…
Ha ha ha ha ha
Luchamos por Alemania
Luchamos por Hitler
Los rojos nunca tendrán tranquilidad

sábado, 13 de febrero de 2010

Hans Ulrich Rudel

"sólo quien se da por vencido, está perdido" Hans U. Rudel.

La Cruz de Caballero con Hojas de Roble, Espadas y Brillantes (Eichenlaub mit Schwertern und Brillanten zum Ritterkreuz des Eisernen Kreuzes) fue una de las más altas condecoraciones del Tercer Reich. Sólo uno de sus soldados la obtuvo, un oficial de la Luftwaffe llamado Hans Ulrich Rudel.

Rudel ingresó en la Luftwaffe en 1936, tenia la intención de ser piloto de caza, pero el destino le llevó a los mandos del temido Stuka.

El Stuka era un bombardero en picado que se había desarrollado como consecuencia de la táctica alemana conocida como Blitzkrieg o "Guerra Relámpago". A diferencia de los aliados, que basaban gran parte de su aviación en grandes fortalezas volantes destinadas a arrojar toneladas de bombas sobre el enemigo, ya fuera civil o militar; los alemanes desarrollaban un tipo de bombardeo de precisión, destinado a destruir objetivos concretos, con el fin de apoyar el avance de las fuerzas terrestres.




Rudel no tuvo un buen inicio en la Luftwaffe. Sus instructores no confiaban en él y obtenía notas negativas. A pesar de todo Rudel no abandonó y siguió entrenando con el pesado Stuka esperando su oportunidad. Esta llegó en 1941, en el Frente del Este, donde se ganó la reputación como uno de los mejores pilotos de toda la Historia. Aproximadamente 2530 misiones, donde se le atribuye la destrucción de 519 tanques soviéticos y su objetivo más importante, el acorazado "Marat", aparte de diversos aviones y vehículos de todo tipo son sus números.

A pesar de perder una pierna y de que Hitler le prohibiera expresamente que volviera a volar, nada podía detener su voluntad de seguir a bordo del Stuka. Las presiones que soportaba el aparato en su descenso en picado no hacían más que agravar aún más la herida del aviador, pero ningún sacrificio era suficiente por Alemania, pues, como dice, otros habían sacrificado aún más por ella, y él no iba a ser menos.

Sólo el fin de la guerra es capaz de detener a Rudel, que pasa cautivo de los aliados 3 años, donde también tuvo que soportar el maltrato que infringieron los aliados a los prisioneros alemanes, ya que, según el general Eisenhower, no eran prisioneros, sino "enemigos desarmados".

Del libro "Piloto de Stukas", muy recomendable, me gustaría destacar que en uno de sus vuelos de reconocimiento, se da cuenta de la cantidad de fortificaciones y campos de aviación que estaban preparando los rusos en la frontera. Parece un indicio de que los soviéticos se estaban preparando para una ofensiva, lo cual, hace ganar puntos a la teoría de que el ataque alemán sobre la URSS fue preventivo, ya que el Ejército Rojo se estaba recuperando de las sucesivas purgas stalinistas que había ocurrido años atrás. No hay que olvidar el carácter imperialista y expansionista del gobierno de Moscú.

Hay otros aspectos como una entrevista que tiene con Albert Speer al final de la guerra, la mención de la Escuadrilla Azul y el relato del trato recibido una vez prisionero por parte de los vencedores también muy interesantes, aparte de sus aventuras durante la contienda.


Debido al carácter de Rudel, podemos afirmar que llevó la frase "las dificultades no se dan para capitular ante ellas, sino para ser vencidas" a su punto más alto.